Lienzos de amor

Este blog procura huir, en la medida de lo posible, de lo cursi. Ante tantos macarons, chicas tirándose de la faldita mientras tuercen el pie y miniaturas de conejitos sujetando el nombre de los invitados a una boda, una no puede más que tratar de evitar caer en el pastel. Tratar de evitar. Tratar. Hoy no puedo.

No puedo porque mi corazón está lleno de amor y agradecimiento hacia aquellos que me han hecho superar el odio y el resentimiento hacia otros. Resulta amigos que mi ausencia estos días no se debía a una vagancia infinita causada por las vacaciones, bueno en parte sí, sino a que ha habido un complot ciberespacial para acabar con este blog. SÍ, así ha sido. Vuelvo de viaje y Google me avisa de que o renuevo el dominio por otro año inmediatamente o pierdo la dirección del blog, click, sí, quiero, renovar digo, pero NO, ya no te dejamos, JAJAJA, te has creído que estabas a tiempo pero no, ZAS. Ante la posibilidad de perder el dominio del blog, mi vida bloguera pasó frente a mis ojos en apenas tres segundos, sentí un profundo escalofrío y luego una desesperación que me llevó a colgar decenas de mensajes en paneles de expertos en atención al cliente que JAMÁS contestan, malditos. Días después, el acabose, pierdo la conexión a internet en casa. No hay derecho, quiero quemar Orange y sobre todo quiero quemar Google, síiii, leedme bien robotitos dichosos que jugáis con el posicionamiento de nosotros pobres mortales, os odio. Odio a los listillos de Mountain View que se dedican a comer gratis en esos comedores internacionales, con Wi-Fi hasta en el bus y esqueletos de dinosaurios decorando los jardines, todo para convencerse de que Google es la MEJOR compañía del mundo, uuuhhh, sí, ya, pues el servicio de atención al cliente deja MUCHO-MUCHO que desear. (Si mañana aparece una señal de censura en mi blog ya sabéis por qué ha sido).

Como veis hay mucho rencor en mi corazón, pero es aquí donde, a escasas horas de perder el dominio del blog (con el dominio del blog me refiero a su URL, no es que de repente se fuera a convertir en un Gremlin y ya no pudiera controlarlo) aparecen los ángeles de Galactinet, Javier y Carlos y, tras horas de pelearse con el enemigo, logran doblegarlo y renovarme el blog por un año más. ¿El truco final? Pagar más, en este mundo, a ver si lo vamos aprendiendo, todo se resuelve pagando más al extorsionador.

Es por ello que el post de hoy se lo dedico a ellos dos, porque en realidad quería hablaros de una bonita costumbre que he descubierto en el vecino Portugal (muy vecino para los que somos de Badajoz) y que consiste en bordar pañuelos de amor.

Nuestro amor sólo puede acabar si esta paloma echa a volar.

Existe una tradición por la cual las jóvenes bordan a mano un pañuelo en el que expresan sus sentimientos de amor hacia otro joven. Al entregárselo, con él le declaran su amor y si el joven los acepta ha de mostrarlo en el bolsillo de la chaqueta los domingos de misa. Si finalmente la pareja se casa, el pañuelo lo llevará la novia en el ramo y acabará colgado en el dormitorio dentro de un marco. Bonita tradición, ¿verdad?

Amor es darte mi corazón. Vemos el susodicho corazón, las llaves para abrirlo, la paloma de antes y una maceta que se troncha como me digas que no. Qué bonito.


Yo la descubrí gracias a Paz que me recomendó ir a visitar la Casa do Joana (Elvas), donde una encantadora señora experta en todas las técnicas posibles de bordados y ganchillos te explica la tradición y te permite comprar los que ella va haciendo. Ahora me ha dado tan fuerte por la historia que la Alteza Condesa Madre anda enseñándome a bordar en punto de canutillo y de cadeneta. No te digo más. Sólo me falta decidir la poesía que les bordaré a Javier y Carlos, algo así como "Eu meo blog so por ti suspira, so a ti adora, FU** Google!"

Por cierto, el Consorte ha aceptado el pañuelo por lo que el siguiente paso sería enmarcarlo y colgarlo en la habitación, sin embargo Luis dice que no lo enmarque que me va a quedar cateto. Yo digo que las tradiciones son las tradiciones y hay que cumplirlas, pero también es verdad que realmente yo no he bordado el pañuelo. ¿Qué hago lo enmarco o no? Las teles ya son todas planas y no hay opción de ponerlo encima acompañando a un bonito toro. No se me ocurre qué más hacer con él. ¿Ideas?

Si queréis ver más ejemplos de estos preciosos pañuelos sólo tenéis que buscar "lencos de amor" o "lencos de namorados" en ese buscador tan estupendo que todo lo hace bien, JA!

Abrazos mil,
La Condesa do amor.

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