Amarillo y negro, junto a la Gran Vía, Madrid

El amarillo es un color difícil, más aún en una camisa. Un color como este haría parecer enfermo de triquinosis a cualquiera, pero él ha sabido manejarlo muy bien manteniendo el negro como único color de cintura para abajo. Así destaca el torso y lo demás acompaña sin estridencias, por lo que el resultado final es elegante y con un toque moderno.

Esto es importante, a la hora de vestirnos hay cuatro partes a tener en cuenta: cabeza, torso, piernas y pies. Podemos dar protagonismo a una si mantenemos las demás en un segundo plano, porque si las cuatro no van equilibradas pareceremos una feria.

Quiero decir, si por ejemplo quieres darle énfasis a tus piernas, ponte una minifalda, pero el resto del cuerpo no lo enseñes demasiado. Es el mismo principio que en el maquillaje, si quieres destacar los ojos, abusa del rimmel, pero al mismo tiempo no abuses del rouge o parecerás una puerta. En la vida y el buen gusto todo es cuestión de mesura.

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